Una catalanidad que le viene como anillo al dedo a un Joan Laporta que se le ha descontrolado el club, siendo esta la peor temporada en cuestión de títulos (dos títulos importantes) des de hace 13 años. Con Pascual, el presidente azulgrana intentará recuperar una conexión entre el público del

Ahora, después del terrorífico paso del tándem Ivanovic-Savic que ha vaciado las gradas del Palau, Laporta, y en última instancia Josep Cubells, apuesta por Creus-Pascual. Una dupla que si se ha elegido por criterios profesionales, se le tiene que dar la oportunidad que todo cuerpo técnico merece. Pero si la elección de Pascual, un entrenador con fecha de caducidad des del primer día, responde a una proclama catalanista y no a criterios profesionales nos encontramos en una campaña demag

Con esto no estoy diciendo que catalanidad y competencia no puedan ser posibles. Ricard Casas sonó como futurible para sentarse en el banquillo del Barcelona. Una apuesta segura que se esfumó con su renovación por el ViveMenorca. Un técnico catalán, que apuesta fuerte por la cantera y que, a pesar de su andadura complicada por el Pamesa Valéncia, ya le toca entrenar a un club grande. Casas, o cualquier otro técnico, hubiera sido escogido por criterios profesionales y en base a un proyecto.
El proyecto es catalanizar la plantilla. Rafa Martínez ya tiene pie y medio en el Pamesa, el fichaje de Ricky Rubio es una quimera y aún se tienen que concretar las incorporaciones de Víctor Sada, Marc Gasol y Juan Carlos Navarro. Mientras tanto, Marconato abandona el club y es muy posible que lo sigan Basile, Neal y Pepe Sánchez. El argentino y la pareja italiana marcharán como culpables de un proyecto en que los verdaderos verdugos seguirán dentro del vestuario. Lakovic, Acker, Kasun o Vázquez han sido capaces de lo mejor y de lo peor. Pero lo que sí que es verdad es que ninguno de ellos ha hecho ganar al Barça partidos decisivos, que es cu

Que esta catalanidad (demagógica o no) se transforme en acciones racionales y no se cometan errores como el traspaso de Pepe Sánchez y se afiance la continuidad de Ersan Ilyasova (el pilar básico para el futuro proyecto). La catalanidad no tiene que impedir actuar con un criterio basquetbolístico, al contrario. Es de felicitar el intento de la catalanización y el impulso de la cantera. Pero todo pensado con la cabeza y no con el corazón.
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